Los cambios hormonales que ocurren durante la menopausia dependen del déficit de hormonas como el estradiol y la progesterona, dos hormonas femeninas esenciales. Algunos de estos síntomas también pueden estar relacionados con el proceso natural de envejecimiento y no exclusivamente con la menopausia.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
✓ Cambios en los períodos menstruales: Este suele ser uno de los primeros signos. Los ciclos pueden volverse más cortos (menos de 21 días), pueden aparecer sangrados intermenstruales, volverse más abundantes o incluso desaparecer por más de un mes, para luego regresar.
✓ Sofocos: Son calores repentinos que desaparecen igualmente de forma súbita. Pueden ir acompañados de enrojecimiento en la cara y el cuello. También conocidos como «flush», estos episodios son breves (aproximadamente 30 segundos) y pueden ocurrir de manera esporádica, varias veces al día o por semana. Los sofocos son comunes y pueden persistir hasta por cinco años después de la menopausia. Son una causa frecuente de insomnio, ya que suelen presentarse durante la noche. Este síntoma afecta al 80% de las mujeres en esta etapa, y su intensidad puede variar de leve a severa.
✓ Labilidad emocional o cambios de humor: Se cree que estos cambios se deben a la disminución de un neurotransmisor llamado serotonina, aunque también dependen de la historia personal y familiar de cada mujer, especialmente en relación con la depresión. Además, los cambios hormonales pueden agravar episodios de ansiedad. Estos cambios emocionales se pueden manifestar como llanto, tristeza, enojo, fatiga o ansiedad.
✓ Insomnio: La disminución de serotonina altera los ciclos de sueño y vigilia, lo que puede llevar a trastornos del sueño. Los problemas de insomnio son más frecuentes en la mediana edad y pueden aumentar durante la menopausia. El insomnio se puede manifestar como dificultad para conciliar el sueño o despertarse a mitad de la noche sin poder volver a dormir. Sin embargo, algunos ejercicios de higiene del sueño pueden ayudar a mejorar esta situación
✓ Resequedad vaginal: Esta condición puede ir desde leve a severa debido al déficit de estrógeno, que afecta el epitelio vaginal y reduce el flujo sanguíneo en la zona genital. Esto puede disminuir la lubricación vaginal durante el coito, lo que resulta en dispareunia (relaciones sexuales dolorosas) y, en algunos casos, rechazo a las relaciones sexuales. También es común la picazón vaginal (prurito).
✓ Síntomas genito-urinarios: Estos síntomas son algunos de los más persistentes y a largo plazo en la menopausia. Se deben a la disminución del flujo sanguíneo en la zona genital por la caída de las hormonas. Algunos de estos síntomas incluyen:
• Infecciones urinarias recurrentes: Estas se deben al cambio en el epitelio de la vejiga y la uretra, lo que puede disminuir su tamaño. Además, pueden presentarse con mayor frecuencia las ganas de orinar y el goteo al hacer ejercicio, reírse o estornudar.
• Necesidad urgente de orinar: Algunas mujeres experimentan la necesidad repentina de orinar y no tienen tiempo suficiente para llegar al baño.
• Sexo: Durante la menopausia, algunas mujeres se sienten más desinhibidas y tranquilas al saber que, tras más de un año sin menstruación, ya no hay riesgo de embarazo. Sin embargo, en la premenopausia, aunque es poco probable, aún existe la posibilidad de embarazo, por lo que es importante asegurarse de que ya se está en menopausia. También puede haber una disminución de la libido debido a la resequedad vaginal, entre otros factores.
• Dolores musculares y articulares: Los dolores musculares y articulares, conocidos como mialgias y artralgias, así como la rigidez muscular, son comunes. En esta etapa, también aumenta el riesgo de caídas debido a la disminución de la masa muscular (sarcopenia), el incremento de la grasa y la pérdida de masa ósea, lo que puede llevar a la osteoporosis.
• Tendencia a la ganancia de peso: El enlentecimiento del metabolismo y la labilidad emocional, que puede reducir el interés por hacer ejercicio, son factores que contribuyen a este aumento de peso.
• Cambios en la memoria: Es común que disminuya la capacidad de concentración y de enfoque durante la menopausia.
• Caída del cabello y uñas quebradizas: La disminución de estrógenos reduce la producción de queratina, lo que puede ocasionar la caída del cabello y que las uñas se vuelvan frágiles.
Surge una pregunta interesante: ¿Son todos estos síntomas el resultado del proceso de envejecimiento, de la menopausia o de la coexistencia de ambos? Hasta el momento, no hay forma de saber con certeza qué tan intensos serán los síntomas en cada mujer durante la menopausia ni cuál de ellos se manifestará con mayor intensidad. Habrá que esperar si en el futuro se publican estudios que nos ayuden a entender mejor este fenómeno.